sábado, 17 de julio de 2010

Hístoria de Montería.

LAS EMISORAS RADIALES.

La historia de la radio en Córdoba se remonta a la llegada de Germán Gómez Peláez a finales de los años treinta, quien en una camioneta cerrada -de las antiguamente llamadas bolas- hacía perifeneo de productos pecuarios -entre ellos el purgante Arsenipur- por lo cual fue llamada por las gentes Radio Arsenipur. De allí surgió la idea de montar la primera emisora en Córdoba, en la carrera 2 entre calles 28 y 29.

DEL RADIO DE TUBO AL DE TRANSISTOR.

El encendido de los primeros radios no era instantáneo como los de ahora, ya que los tubos demoraban unos minutos en calentarse. Por ello, cuando la familia y los vecinos se agrupaban para oír un programa, debían anticiparse a prenderlo para no perderse su inicio.





EL ÁNGELUS EN LA RADIO.

Desde 1955, año en que se inició la radio en Montería con Emisoras Sinú, se impuso la costumbre de emitir a las doce del día la oración del Ángelus. No hay seguridad sobre si era una disposición del Ministerio de Comunicaciones o un acuerdo con los representantes de la Iglesia Católica, pero de todas maneras a las 12:00 del meridiano se escuchaba el Ángelus con la misma puntualidad que hoy se pasa el Himno Nacional a las 6:00 a.m. y 6:00 p.m.


DEL TELÉFONO DE MAGNETO AL DE DISCO.

Antes de las modernas plantas telefónicas, la forma de llamar era mediante centrales en donde las operadoras hacían la conexión entre los usuarios. Muchas veces tenían que hacerse contactos entre las diferentes centrales, para lograr la comunicación. Unos de los primeros teléfonos fueron los de magneto, que generaban su propia corriente eléctrica mediante el giro de una manivela colocada a un lado del aparato, y que a su vez enviaba el toque de llamada a las telefonistas.


ESTUFAS Y LÁMPARAS DE GAS Y PLANCHAS DE CARBÓN.

Las hornillas de leña y carbón fueron sustituidas por la estufa de queroseno [kerosene], un derivado líquido y transparente del petróleo que fue más conocido como gas. Este se vendía en carretas tiradas por burros, a las cuales se le adaptaba un tanque metálico con una pluma para venderlo a domicilio. En algunas regiones se les conoció también como estufas de petróleo.
Según narra Jaime Exbrayat en su libro Historia de Montería, los primeros monterianos utilizaron diversas formas para alumbrar las noches, como los "pabilos" [mechas con cera de abejas silvestres], "candiles" [trapos con grasa de pescado u otros animales] y "mecheros" [de hojalata con manteca colorada].
Después de éstos, llegaron las bujías esteáricas, un anticipo de las actuales velas. Pero a pesar de que los materiales para elaborar velas mejoraron notablemente, el queroseno o petroleo destilado se volviò muy popular. Por ello, las lámparas de queroseno tuvieron su cuarto de hora, antes de tener el servicio de luz permamente que las mandó al cuarto de San Alejo.
De otra parte, antes de la llegada de la planchas eléctricas, el planchado de la ropa se hacía con planchas calentadas con carbón, que de acuerdo con el modelo se colocaban directamente sobre el fogón o se les introducía el carbón encendido en un espacio destinado para ello.



LA VIDA RELIGIOSA.

Sus Iglesias
Cuenta la tradiciòn que la aldea de San Jerònimo de Buenavista tuvo su primera ermita de techo pajizo y paredes de barro allà por el año 1759, quince años despuès de su fundaciòn. Dicha ermita fue construida por el carpintero Josè Patricio Romero bajo la direcciòn del misionero evangelizador Augusto de Melchor quien llegò allì con el santo propòsito de catequizar a los moradores de toda comarca. Augusto de Melchor permaneciò largo tiempo en el pueblo del cual desapareciò inopinadamente sin que se volviera a tener noticias de su paradero.

LA DIÓCESIS DE MONTERÍA.

Una de las primeras acciones de los monterianos -una vez creado el departamento de Córdoba en 1952-, fue lograr eregir por el Papa la diócesis de Montería. Gracias a los buenos oficios del Arzobispo de Bogotá -monseñor Crisanto Luque-, del Arzobispo de Cartagena -monseñor Ignacio López Umaña-, y del Nuncio de su Santidad en Colombia -monseñor Bertoli-, se obtuvo el 4 de noviembre de 1954 que el Santo Padre erigiera la nueva diócesis, desmembrándola de la arquidiócesis de Cartagena y del vicariato apostólico del San Jorge.
Fue nombrado como primer administrador apostólico monseñor Rubén Isaza Restrepo, a la sazón el obispo más joven de Colombia, quien recibió la diócesis el 20 de febrero de 1955. Fue reemplazado por monseñor José de Jesús Pimiento -el 1 de mayo de 1960- quien a su vez le entregó la diócesis a monseñor Manuel Antonio Medina Medina -posesionado el 31 de marzo de 1964-, y quien murió en Montería en ejercicio de su cargo el 20 de marzo de 1972.


LA EDUCACION.

Los Primeros Pasos.

En la década de los años cincuenta el bacteriólogo Elías Bechara Zainúm presentó la idea de crear una institución que permitiera el ingreso a la educación superior a los jóvenes bachilleres del departamento de Córdoba, que por sus escasos recursos económicos no podían viajar a otras regiones del país. Su escenario fueron los salones de la Sociedad de Mejoras Públicas de Montería, la misma que más tarde tendría que prestar sus muebles de oficina y sus máquinas de escribir para iniciar este grato recorrido de 35 años de historia.
Con el apoyo desinteresado de un grupo de profesionales, comenzó a perfilarse la creación de una universidad con vocación agropecuaria, teniendo en cuenta que en Córdoba la agricultura y la ganadería han sido siempre los renglones más importantes en la actividad empresarial. Se recuerdan entre ellos los nombres del médico veterinario Julio César Cervantes Lagares y de los ingenieros agrónomos Limberto Sáenz Alarcón y Hernando Rodríguez Romero.
Después de conseguir el respaldo de los parlamentarios, el primer paso fue la aprobación por la Asamblea Departamental de Córdoba de la ordenanza número 6 de 1962, que crea la Universidad de Córdoba y autoriza su funcionamiento. En ese mismo año, después de grandes esfuerzos, se expide la Ley 103 de 1962, que crea en Montería las Facultades de Ingeniería Agronómica y Medicina Veterinaria y Zootecnia, como dependencias de la Universidad Nacional de Colombia, con sede en Bogotá.
El siguiente paso fue conseguir que el gobierno nacional dictara el decreto 0319 de 1964, por medio del cual se otorgó personería jurídica a la Universidad de Córdoba. Sin embargo, el logro más importante fue la aprobación de la Ley 37 del 3 de agosto de 1966 que le dio a la Universidad de Córdoba el carácter de Entidad Autónoma Descentralizada, regida por el Decreto Ley 0277 de 1958, que reglamentaba el funcionamiento de las universidades departamentales. Pero no fue hasta el falló del Consejo de Estado a favor de su creación, en mayo de 1970, que la Universidad de Córdoba nació verdaderamente a la vida jurídica.


La Sede de Berástegui:
En el año 1976 el Ministerio de Educación a través del fenecido Instituto Colombiano de Construcciones Escolares (ICCE), donó unas instalaciones locativas y terrenos a la Universidad de Córdoba, ubicados en el corregimiento de Berástegui, jurisdicción del municipio de Ciénaga de Oro, distante 29 kilómetros de la ciudad de Montería sobre la carretera que conduce a la Troncal de Occidente.

Educación actual de Montería.

Cuenta con tres centros de educación universitaria, la Universidad de Córdoba, la Corporación Universitaria del Sinú y la Universidad Pontificia Bolivariana. Existen seccionales de las universidades San Buenaventura, Luis Amigó, Guajira, Javeriana, Cooperativa de Colombia, CECAR, CUN y Santo Tomás. También existe un gran número de instituciones de capacitación media -formal y no formal-, entre las que se destaca el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA. La presencia de éstas ha mejorado el nivel educativo de las nuevas generaciones, y dan oportunidad de estudiar a los jóvenes bachilleres que no pueden desplazarse a otras ciudades.

TEATROS Y CINES DE MONTERÍA.

A pesar de ser una población pequeña, MonterIa contaba con varias salas de cine, hoy desaparecidas. Veamos la relación de ellos:
Teatro MonterIa, en la calle 29 con carrera 4a., llamado originalmente Teatro Roxy. [1913]
Teatro Variedades, en la Avenida 1a. entre calles 33 y 34. [1914]
Teatro Nariño, en la esquina de la carrera 4a. con la calle 39. [1955]
Teatro Avenida, en la carrera 1B entre calles 39 y 40. [1958]
Teatro Colombia, en la Avenida 1a. entre calles 32 y 33. [1959]
Teatro El Faro, en la calle 28 entre carreras 9a. y 10a. [1960]
Teatro Betanci, en la calle 22 del barrio La Julia. [1965]
Teatro Libia, en la calle 29 entre carreras 8a. y 9a. [1967]
Teatro Córdoba, en el barrio de La Granja. [1968]



CREACION DE LA UNIVERSIDAD DE CORDOBA.

La Universidad de Córdoba inició clases el 6 de abril de 1964 en los salones del Colegio Nacional José María Córdoba. Fue en esa época en se escribió la frase emblema de la universidad: "Se ha encendido una antorcha. Que no se extinga". Fue la cristalización del sueño de Elías Bechara Zainum desde la creación del departamento, acompañado de un puñado de quijotes, entre quienes se recuerda a Limberto Sáenz Alarcòn, Hernando Rodríguez Romero, Eduardo Blanco Niño, José Londoño, Julio Badel, Orlando Mendoza, Manuel H. Iriarte, José Venancio Palacios, Julio Cervantes Lagares, Leopoldo Martínez Granados, Mario Giraldo, Miguel Fadul, Marcos Díaz Castillo y Rafael Caneda Bossa.


LAS CORRALEJAS.


Con una herencia común a todas la poblaciones de las antiguas sabanas de Bolívar, Montería también realizaba las famosas Corralejas del 20 de Enero, en las Fiestas del Dulce Nombre de Jesús. El lugar escogido desde 1924 era el de la Plaza Montería Moderna, situada entre las carreras 4 y 5 con calles 36 y 37. Por los desmanes del público asistente, que llegaron a matar los toros que salían a la plaza para descuartizarlos, estas fiestas fueron prohibidas en los años setentas.
En su reemplazo se propusieron otro tipo de celebraciones que no calaron entre la ciudadanía y que dieron punto final a estas festividades. Una de estas fiestas fue el Festival del Río Sinú -impulsado por Guillermo Valencia Salgado "El Goyo"-, que fue ignorado por la ciudadanía monteriana y tuvo que ser suspendido, pero que sirvió de gérmen para la creación del Festival del Porro en San Pelayo.


“EL JEEP WILLYS” PRIMEROS VEHICULOS QUE EXISTIERON EN MONTERIA.

Los primeros Jeep Willys llegaron a Colombia a partir de 1950 por dos vías diferentes. Por un lado, los vehículos utilizados en Europa en la Segunda Guerra Mundial fueron remanufacturados y vendidos a diferentes países latinoamericanos, entre ellos Colombia. Eran modelos militares de 1944 a 1949, de los que llegaron aproximadamente 100 unidades dentro del plan "Alianza para las Américas".
En Montería en los años 50s los automóviles eran escasos y los taxis eran los famosos Jeep Willys. Sus calles sin pavimentar eran poco atractivas para la inversión en los modernos automotores, que ya circulaban en otras capitales de Colombia. El campero -o Jeep, como se arraigó en el decir de las gentes-, fué el modelo escogido por su capacidad de trabajo en caminos difíciles. Posteriormente las marcas Toyota y Nissan llegaron para hacer compañia a los legendarios Willys.
El primer vehículo comprado por la Gobernación de Córdoba en 1952, año de su creación, fue un Jeep Willys con placas 0023. Posteriormente las marcas Toyota, en 1959, y Nissan llegaron para hacer compañia a los legendarios Willys.
En las temporada de lluvias, en que los caminos eran poco menos que intransitables, se popularizó el uso de las "cadenas" en las llantas de los camperos para aumentar su tracción. El binomio "doble transmisión" y "llantas encadenadas" hacían posible el milagro de llegar a casa en una noche de tormenta.
Como una paradoja del destino, la empresa que concibió, hizo el primer prototipo y fue autorizada para fabricar el Jeep, fue Bantam Company. Pero el compromiso le quedó grande, ya que, por las exigencias de tiempo de la Segunda Guerra Mundial, Bantam no pudo cumplir, y el contrato pasó entonces a manos de Willys Overland Motor Company y Ford Motor Company, a quienes se les solicitó ensamblar a cada una 1.500 vehículos.



LA AVIACIÓN EN EL SINÚ.

El primer avión en llegar a Montería fue un hidroplano, que acuatizaba en las orillas del río Sinú gracias a la pericia del aviador alemán Helmuth Von Krohn. Estos aviones eran del modelo Junker F-13, monoplanos de ala baja y de construcción completamente metálica, cuyos motores debieron modificarse para poder operar eficientemente en las condiciones climáticas del país. Debido a las características topográficas del país, a los Junker le fueron adaptados dos flotadores con el fin de poder realizar acuatizajes en los ríos de diferentes poblaciones.


LA AVENIDA PRIMERA.

Si hay algùn sitio que identifique a los monterianos es la Avenida primera o Avenida 20 de julio, como se le conocìa anteriormente.
En un principio, esta importante arteria de la ciudad ubicada en la margen derecha del rio sinù, estaba conformada por gigantescas ceibas y bongas. A principios y a mediados del siglo XX la avenida sirviò como sitio de encuentro y como punto de celebraciòn de actos cìvicos, religiosos y culturales que se hacìan en el monumento de la bandera, tambien se llevaban acabo carreras de caballos , en ese entonces la avenida 20 de julio tenìa grandes casas de familia hechas de madera, algunos almacenes y el primer mercado pùblico que estaba ubicado entre las calles 30 y 31 . En la decada de los 50, se pavimentò e hizo el bulevar.
A principios del 60 se terminò de pavimentar.
A finales del siglo pasado la avenida primera viviò sus peores èpocas, pues la administraciòn de turno no le prestaba mucha atenciòn y l hermoso paisaje se estaba perdiendo. Eso cambiò con la puesta en marcha del proyecto de la Ronda del Sinù, que iniciò el Alcalde Luis Jimènez Espitia.
El proyecto consistiò en convertir la avenida primera en un verdaderoparque natural.

LA AVENIDA PRIMERA Y EL TRANSPORTE FLUVIAL.

La Avenida Primera de Montería ha tenido importantes cambios en el transcurso de la vida de la ciudad, entre otros el de su nombre.
Los primeros habitantes la conocieron por su apelativo más elemental, "Orillas del Río". Después, en un afán patriótico, fue bautizada como la "Avenida 20 de Julio". Y, finalmente, se le renombró como la "Avenida Primera" que hoy admira todo el país.
El 28 de julio de 1938 se inauguró sobre la Avenida Primera el nuevo puerto de atraque, un muelle en cemento con amplias escalinatas, construido por el ingeniero monteriano Víctor Tribiño Herazo, obra que aún permanece en nuestros días. Hoy, del puerto queda muy poco, y el río sólo es surcado por pequeñas canoas de remos y por los planchones que hacen el cruce diario de pasajeros entre los dos sectores de la ciudad.




LOS PLANCHONES.


Si hay que caracterize a Monterìa son sus planchones. Desde principios del siglo pasado estos han servido como medio de transporte para comunicar a la margen izquierda con la drecha del rio sinù.
El primer planchòn que se creò en Monterìa fue propiedad de Andrès Gòmez, e el año 1912 ; e realidad se trataba de una barcaza que èl trajo de Cartagena y que fue acondicionando como un planchòn, tenia unos 4 metros de ancho y 10 de largo, era impluasdo por 4 remos a cada lado y lo armaron d tal forma que en ella podian embarcarse personas y animales, esta barcaza fue utilizada hasta 1915, cuando Wenceslao Gulfo colocó encima de dos canoas, soportadas y armadas con listones de madera como un corral.
Poco a poco fueron construyendo màs planchones.
En el año 1929 se creó el planchón más grande de el momento, el de Prisciliano González; este tenia canoas de 13 metros de largo por 1.50 de ancho y 1.20 de alto; fue el pionero para cruzar ganado.
Sixto Pastrana èn 1934, construyó el planchón ubicado entre las calles 30 y 31 frente al bar y billar El Tropicana.
A mediados de la década de los 90 inauguraron el puente metàlico de Monterìa, por lo que el planchón Prisciliano Gómez dejó de funcionar.
En 1963 varios habitantes del barrio Juan XVII compraron un pequeño planchón que bautizaron como pica-pica y pringamoza. Después de 6 años de estar funcionando el día 29 de abril 1969 ocurrió el primer accidente de un planchón con otra embarcación.

PLANCHONES, SIMBOLO MONTERIANO.

Los planchones, además son utilizados para fiestas privadas por quienes quieren hacer de su celebración algo diferente.
Anteriormente los nombres de los planchones eran de sus propietarios:
Los Gómez, Eva Padilla, El Galo González, Sixto Pastrana.
Actualmente entre los nombres más comunes de los planchones se encuentran, la esperanza, el Monteriano, el Patri, el Fugitivo nº 1, el Sinuano, el gran B y T, el Canario, el Colombiano, Planchón la 33, el Caribeño, La bala del Sinú, la estrella del Sinú, El minuto de Dios, Lucero peatonal, Puerto Colombia, El cariñoso, Puerto amor, La esmeralda y el crucero del amor.



JAVIER PEREIRA (EL HOMBRE MAS VIEJO DEL MUNDO).

Igualmente en la década de los años cincuentas, Córdoba presentó al mundo la imagen de Javier Pereira, considerado en ese momento como el hombre más viejo del mundo con 167 años de edad. Recibido como un héroe en Bogotá, Caracas y Nueva York, su efigie fue colocada en 1956 en unas estampillas de 5 y 20 centavos del correo aéreo de Colombia


PERSONAJES QUE HAN HECHO HÌSTORIA EN MONTERIA.

* El Compae Goyo:
Guillermo Valencia Salgado es de esos hombres que Monterìa y Còrdoba jamàs podràn olvidar, porque hay que agradecerle por los siglos de los siglos todo lo que hizo en favor de la cultura.
fue un músico, investigador del folclor, poeta, cuentero y escritor colombiano.
Nace en el corregimiento de El Sabanal en la ciudad de
Montería (Colombia) el 18 de noviembre de 1927, hijo de doña Dálila Salgado de Hoyos. Cursó sus primeros estudios en el Instituto del Sinú de Montería y en el Liceo de Bolívar de Cartagena, y luego cursó el primer año de Derecho en la Universidad de Cartagena. A comienzos de los años 1950, se da a conocer en la "Radio Colonial" de la ciudad de Cartagena con el personaje "el compae goyo".
En marzo de
1954, viaja a la ciudad de Bogotá, presentando los libretos de su programa radial a personalidades de la Radio Continental y la Radiodifusora Nacional, hasta dar con Julio Echeverry Saavedra, compañero de Ana Mojica, quien lo anima a presentarse en vivo en la Televisora Nacional. En Bogotá, se encuentra con su amigo Alvaro García Pombo, con quien vive en diferentes pensiones del centro de la ciudad y con quien comienza a trabajar su proyecto artístico.
En
1961, Valencia Salgado regresa al departamento de Córdoba, en donde ejerce su carrera de Derecho, pero es igualmente reconocido como declamador y poeta, e invitado a diferentes recitales organizados por la Secretaría de Educación, la Biblioteca Departamental y los colegios de la ciudad.
A comienzos de los
años 70, trabaja como profesor de la Universidad de Córdoba y, desde 1973, se convierte en profesor de Español del INEM de Montería.[2] En el año de 1975, se funda el grupo literario El Túnel, que se convertiría en una de las instituciones culturales más importantes de la Costa Caribe Colombiana durante finales de los setenta y los ochenta. Guillermo Valencia Salgado es invitado a hacer parte del grupo, y son sus integrantes quienes lo estimulan a escribir y publicar su obra. Como resultado, publica "El Sinú y otros cantos" (Montería, 1981), "Murrucucú" (Medellín, 1982), "Córdoba: su gente y su folclor" (Montería, 1987) y "Poemas" (Montería, 1990), y es antologado en "Cuentos de El Túnel" (Montería, 1979), libros estos que rescatan su obra literaria y de investigación. Luego de una penosa enfermedad, Guillermo Valencia Salgado murió en Montería el 29 de diciembre de 1999.

* Elìas Bechara Zainùm:
Visionario y trabajador incansable en pro de la educaciòn . Naciò en Lorica en el año de 1920. Fundò en 1962 el instituto tècnico agrìcola de Lorica (IATL). Escogido por EL MERIDIANO de còrdoba, cuando celebrò su 5 aniversario, como personaje del departamento.
En 1964 liderò e impulsò la creaciòn de la universidad de còrdoba, proyecto que abanderò pese a las crìticas de algùn sector de la comunidad.
Fue rector de la universidad de còrdoba por un buen tiempo, en el que comenzò a fortalecerla, creò en la ciudad de Monterìa el primer bachillerato nocturno , apoyò la apertura de los colegios Inem y Cecilia de lleras.
En 1972 creò la Corporaciòn Educativa Superior de Còrdoba (CESCOR), que màs tarde se convertiria en la Corporaciòn Universitaria del Sinù.
En dos oportunidades fue Presidente de la asociaciòn de Instituciones de Educaciòn Superior de la costa atlantica (ASIESCA) . Fue concejal de Monterìa, Ceretè y los Còrdobas, fue Alcalde de Monterìa y senador de la republica.


MONTERIA CIUDAD DE LAS BICICLETAS.

Otro motivo de curiosidad eran los millares de bicicletas que circularon en la ciudad hasta la década de los sesenta. Su bajo costo y mantenimiento, y la facilidad de uso y de parqueo, la convirtieron en el medio de transporte ideal. Se decía en esas épocas -para justificar su uso-, que "Montería era muy grande para andar a pie y muy pequeña para andar en carro".
Una bicicleta de la época contaba con unos elementos distintivos, como se puede apreciar en la foto de arriba. La silla en cuero, con resortes. Una cartuchera de cuero detrás de la silla, para llevar las herramientas. Los frenos de varillas, en lugar de los modernos de cables. Los guardabarros largos, que contrastan con los pequeños de hoy día.
Otros dos accesorios eran el timbre de mano, que poco se usaba, colocado sobre el manubrio derecho, y la lámpara delantera que funcionaba con energ�a generada por un dinamo colocado en una de las ruedas, cuyo rotor giraba al presionarlo sobre la llanta en movimiento.
Un elemento autóctono era el pequeño pellón tejido en hilo, que se hacía para colocarlo en la silla de la bicicleta. Algunos eran de colores suaves, pero otros utilizaban colores chillones que envidiaría un guacamayo. Tenía las funciones de evitar el calentamiento de la silla por el sol, hacer mullido el contacto al sentarse y engallar el caballito de acero para farolear ante las chicas.





MONTERIA “CIUDAD DE LAS GOLONDRINAS”.

Durante muchos años fue conocida como la Ciudad de las Golondrinas, por un fenómeno de migración que las congregaba por millares en los alambrados públicos. Al caer la tarde invadían el centro de la ciudad para dormir, causando al principio curiosidad pero convirtiéndose al final en un problema sanitario por la cantidad de excretas que diariamente caían sobre todo lo que estuviera debajo de éllas. Se convirtieron en el terror de los propietarios de automóviles, cuya pintura se derretía ante el poder corrosivo de éstas.
Durante este período surgieron innumerables anécdotas sobre la vida de las golondrinas en Montería. Como la de un químico local que mantuvo la expectativa durante mucho tiempo sobre la fabricación de una pomada contra la caída del cabello, con un ingrediente secreto extraído del excremento de estos pájaros.




LOS ZENUES.

El territorio que hoy ocupa el departamento de Córdoba fue habitado por los zenúes, también llamados los Señores del Valle del Sol, una de las culturas precolombinas de mayor importancia en Colombia, que se caracterizaron como maestros de la orfebrería y la cerámica, cuyos productos constituyen verdaderas obras de arte.
La antigua cultura indígena Zenú tuvo un vasto imperio dividido en tres importantes zonas: Finzenú, que comprendía el valle del río Sinú y las áreas de Tolú, San Benito Abad y Ayapel, y era la sede religiosa del Imperio; Panzenú, entre el valle del río San Jorge y la parte baja del río Cauca, que producía los alimentos y las materias primas; y Zenúfana, la sede central de gobierno, que llegaba hasta el centro del actual departamento de Antioquia, y de donde procedían la mayoría de las riquezas auríferas.
Alcanzaron un alto grado de organización social y económica y desarrollaron una inigualable destreza en sus trabajos de orfebrería y cerámica, cuyos productos constituyen verdaderas obras de arte que se pueden apreciar en el Museo del Oro en Bogotá. De igual modo la civilización Zenú produjo expertos tejedores, cuyo legado se observa en los trabajos de trenzado del sombrero vueltiao, especialmente en los resguardos indígenas de san Andrés de Sotavento.
Igualmente son admirables las obras de ingeniería hidráulica dejadas por los Zenués, de las cuales se destacan los canales de irrigación y drenaje en forma de espina de pescado, que ayudaban especialmente a prevenir las inundaciones. De esta actividad quedan vestigios en lo que era el cacicazgo de Panzenú, y que aún despierta el interés de investigadores nacionales y extranjeros.
Los orfebres zenués cultivaron un estilo propio, reconocible por el uso de la falsa filigrana. Adoptaron la técnica de la cera perdida para fabricar los hilos de oro fundidos, combinada con el martillado del metal para crear sus originales piezas, que comprende narigueras, pectorales, alfileres y cabezas de bastón. Es importante el uso de las figuras zoomorfas, que representaban la fauna local: jaguares, babillas, ranas y aves, entre otros.
La leyenda de los sepulcros de los zenúes, que contenían grandes cantidades de oro, dieron origen a la célebre frase de: "Pobrecito del Perú si se descubre el Sinú", relatada por El Inca Garcilazo de la Vega en su historia de la cultura Inca. Algunos historiadores, entre ellos Pilar Moreno de Angel, señalan la variante de "desgraciado del Pirú si se descubre el Sinú", mencionada según algunos por el cronista Pedro Cieza de León.
Esta muletilla era repetida con codicia por las huestes de los hermanos Pedro y Alonso de Heredia, quienes recorrieron en diferentes oportunidades el Imperio Zenú para saquear las sepulturas indígenas. Junto a ellos, también deben mencionarse los nombres de Pedro Arias Dávila, el popular Pedrarias, quien inició la profación de las tumbas en este territorio; de Francisco Pizarro, antes de viajar al Perú; y del bachiller Martín Fernández Enciso quien llegó a tierras sinuanas en auxilio de este último.
Se hablaba, en general, del Templo de Dabeiba, bautizado por los españoles como "El Templo de Oro", y del cementerio de los grandes caciques zenúes, en la zona religiosa de Finzenú. Los conquistadores recogieron la información sobre las costumbres ceremoniales de los zenués de enterrar a sus muertos en fosas, conocidas como guacas o pirués, acompañados de sus armas, adornos, joyas y vasijas de barro cocido.
Pero la obtención del oro de los zenués no fue de beneficio para sus autores. La mayoría murieron en las largas travesías, otros lo perdieron en juergas y en las mesas de juego, y hasta don Pedro de Heredia, quien lo creyera, tuvo que entregar su parte "del rico botín del Sinú" al almirante de la flota francesa Roberto Baal, en su saqueo a Cartagena en 1544.
Después de la fiebre del oro de los primeros visitantes de la Corona Española, cabe destacar la presencia del oficial Don Antonio de la Torre y Miranda, quien por disposición del gobernador de Cartagena, Juan de Torrezar Díaz Pimienta, inició en 1774 la fundación y refundación de las poblaciones situadas en la zona de influencia de los ríos Sinú y San Jorge. En sus expediciones, Antonio de la Torre y Miranda fomentó la cría de animales vacunos y domésticos, enseñó como preparar sementeras y cultivar algodón y maíz en forma técnica.
En 1775, en la segunda expedición, fueron fundados Chinú y Sahagún. En 1776, en la cuarta expedición, Momil, Lorica, San Bernardo del Viento, Ciénaga de Oro, San Antero y Chimá. En 1777, en la quinta expedición, Montería, San Carlos, San Pelayo y Purísima.
Sobre la historia de estas fundaciones, Pilar Moreno de Angel, en su libro Antonio de la Torre y Miranda Viajero y Poblador, revela una historia poco conocida, que es la presencia de indígenas sinuanos en Cartagena para solicitar la fundación de la ciudad de Montería. Se refiere la escritora a las solicitudes envíadas por los caciques Ventura Molledo en 1759 y Sebastián Alequenete en 1772, a los entonces gobernadores de Cartagena, mariscal de campo don Diego Tabares y don Juan de Torrezar Díaz Pimienta, respectivamente. Para la primera petición viajaron cinco indios, quienes permanecieron hasta 1761, y para la segunda se enviaron dos indios correos, portadores del documento.
Desde la llegada de los conquistadores hispanos, comenzó a darse el mestizaje de españoles, africanos e indígenas, conformando el típico hombre cordobés. Aún se conservan grupos puros de negros e indios, los primeros en Uré y la region costera, especialmente Puerto Escondido y Moñitos; y los segundos en el Alto Sinú -los Embera Katíos- y en el Resguardo de San Andrés de Sotavento -los descendientes de los zenúes-.




ORFEBRES Y ALFAREROS “ZENUES”.

La regiòn del Sinù no ha tenido, como la de San Agustìn en el Huila, la buena fortuna de atraer las investigaciones de sabios arqueòlogos como el alemàn Preuss o el estadounidense Waldeg. Sus monumentos prehistòricos no han sido estudiados a la luz de las ciencias modernas y por eso parmanecen todavìa en el misterio muchos aspectos de una civilizaciòn por demàs interesante cuyos arcanos quisieron penetrar con respeto y simpatìa, sin embargo, el sabio etnològo Reichell Dolmatoff ha realizado sondeos y exploraciones en regiones, al pueblo de Momil y a la ciènaga de Bentancy, exploraciones que le han permitido recoger y catalogar una gran cantidad y variedad de objetos y fragmentos que, agragados a sus bùsquedas posteriores y previstas, le permitieron presentarnos un bosquejo de la vida y costumbres de los zenùes, asì como las depredaciones incontroladas y vandòlicas de los guaqueros o buscadores de oro, quienes han dificultado, por otra parte, las posteriores investigaciones històricas y arquelògicas fundiendo sin discernimiento los finìsimos especímenes de la orfebrerìa zenù, reduciendo a tiestos informes lo que fue valioso dèposito de ceràmica y alfarerìa.



LOS INDIOS VIAJAN A CARTAGENA PARA SOLICITAR LA FUNDACION DE MONTERIA.

Una historia poco conocida, narrada por la historiadora, es la presencia de indígenas sinuanos en Cartagena, solicitando la fundación de la ciudad. Para la primera petición viajaron cinco indios, quienes permanecieron hasta 1761, y para la segunda se enviaron dos indios correos portadores del documento.
En el año de 1759 el cacique Ventura Molledo envió un documento al entonces gobernador de Cartagena, mariscal de campo don Diego Tabares, solicitando que se fundara un pueblo en el sitio conocido por ellos como Barro Colorado, para lo cual viajaron cinco indios a esa ciudad. La propuesta nunca fue atendida.
Posteriormente, en 1772, el cacique Sebastián Alequenete se dirige al nuevo gobernador de Cartagena, don Juan de Torrezar Díaz Pimienta para que se funde una población en "el paraje de las Monterias que llaman de Buenavista", que ya había mencionado. En esta oportunidad se enviaron a dos indios como correo.
Al estudiar la solicitud, y descubrir la anterior carta de Ventura Molledo, esta vez fue atendida la petición, y el gobernador de Cartagena, don Juan de Torrezar Diaz Pimienta, ordenó al oficial don Antonio de la Torre y Miranda que viajara al lugar donde debería fundar lo que es hoy San Jerónimo de Montería.

Podríamos señalar que las peticiones de los caciques sinuanos, Ventura Molledo y Sebastián Alequenete, abrieron las puertas para las cinco expediciones que realizo don Antonio de la Torre y Miranda en la antigua provincia de Cartagena de Indias, y en las cuales fundo 12 poblaciones en territorio sinuano.


PRIMEROS MONTERIANOS.

Los tiempos del pabilo y del mechero:Cierto rey de España, tal vez Fernando VI, prohibiò que a las mujeres se les enseñara a escribir permitiendo solamente que aprendieran a leer; en realidad, la aludida prohibiciòn carecìa de fundamento y aplicaciòn en una comarca aislada de todo centro civilizado cuyos moradores pràcticamente no recibìan enseñanza alguna. Fueron contadìsimos los que aquì conocieron los rudimentos de la lectura y de la escritura por medio de prodecimientos de su propia inventiva y en extremo curiosos. Asì, sobre una tabla màs o menos lisa o sobre el mismo suelo extendìan una capa de arena extremadamente fina que nivelaban muy bien, sobre la cual dibujaban los signos caligràficos con un palito o con los mismos dedos.A medida que nuevos moradores, procedentes de diversas partes, se incorporaban a la poblaciòn, se fueron implantando tambièn mejores sistemas de enseñanza, y no tardaron en llegar pizarras y poco despuès papel y tinta
.

ANTECEDENTES A LA FUNDACION DE MONTERIA.

Argumenta Castro Núñez en su libro, que durante la época precolombina el territorio que ocupa la actual Montería perteneció al cacicazgo de Finzenú. Sin embargo, las primeras noticias de un asentamiento urbano sólo llegan hasta mediados del siglo XVIII. Tres factores fueron decisivos en la organización del primer conglomerado social. Estos fueron:Abundancia de alimentos.Migraciones.Las gestiones realizadas por un grupo de indígenas en el sitio de Barro Colorado, en jurisdicción de lo que hoy es el municipio de Valencia. Estas gestiones se dieron en dos etapas: 1759 y 1772.


GUERRA DE LOS MIL DIAS.

Combate de Montería.


El 5 de febrero de 1900 fue nuevamente ocupada Monterìa por una guerra liberal, la que capitaneaban Juan Alberto Ramos, Manuel Vera y unos señores de apellidos Marimòn, Vargas y Coscoy.El 26 de ese mismo mes arribaron a la ciudad nuevos contingentes de tropas liberales al mando del general Dìaz Granados y el Dr Vargas con lo que ascendieron a varios millares de hombres las fuerzas de la revoluciòn concentrados en Monterìa .


LUCHAS POLITICAS.

Pasada la Guerra de los mil dias y en los años anteriores a 1920 los Monterianos habìan vivido màs o menos agenos a los movimientos ideològicos que, de vez en cuando, sacudìan el Paìs provocando enconadas luchas banderizas.Con motivo de las candidaturas presidenciales de los generales Pedro Nel Ospina, Benjamìn Herrera, en el año de 1922, los ànimos se fueron exaltando y comenzò a agrietarse la sòlida armonìa que hasta entonces reinaba en la comarca.El 22 de enero de 1922 una gran manifestaciòn liberal recorriò los principales calles de la poblaciòn haciendo alto en el llamado paseo de la cabalongas, donde varios oradores tomaron la palabra.El 5 de febrero del mismo año el General Miguel Mariano Torralvo al frente de una imponente cabalgata integrada por unos 600 ginetes, Guameros en su gran mayorìa, hizo su entrada a la ciudad donde lo esperaba una numerosa poblaciòn.

LOS CONQUISTADORES.

"Desgraciado el Perù si se conoce el Sinù"Cantaban los Soldados de Don Pedro de Heredia aùn antes de conocer el maravilloso valle del cual sòlo tenìan el privilegio de avivar en la mente de los rudos castellanos el deseo de adquirirlo aun a riesgo de los màs en gentes sacrificios y de las màs peligrosas aventuras , las cuales podemos comprenderlas:a) La existencia del Templo de Dobaiba o Dabeiba en un lugar situado a orillas del caudaloso Darièn o Atrato.b)La existencia, en algùn lugar del misterioso Zenù, de un cementerio especial reservado a los grandes jefes de todo el litoral, quienes eran enterrados allì, segùn ritos ancestrales y sepultados justamente con los tesoros que habìan logrado adquirir durante su
vida.

LA CIUDAD DE MONTERIA.

Fundada en 1744 con el nombre de San Jerónimo de Buenavista por Don Juan de Torrezar Dìaz Pimienta y trasladada en 1774 al sitio que ocupa en la actualidad, por don Antonio de la Torre y Miranda con la pelaciòn de San Jerónimo de Montería, la llamada "Perla del Sinú" y "Sultana del Valle" está situada en la margen oriental del río y a unos 330 km de Cartagena. La ciudad está edificada sobre un terreno plano de constitución arena-arcillosa a unos 42 m sobre el nivel del mar y ocupa una extensión no menor de 6 km cuadrados. Su trazado geométrico, obra de los Ingenieros Latorre y Miranda, Luis Lacharme y otros, sus edificaciones confortables y modernas confundidas con otras muchas de construcciòn humilde y sencilla, le dan el aspecto de un pueblo en vías metamorfosearse rápidamente en una gran ciudad.

MUNICIPIO DE MONTERIA.

Por Nº 42 del 27 de abril de 1923 de la asamblea de Bolívar quedo fijada la jurisdicción del municipio de Montería pero esa división bastante caprichosa adolece de algunas anomalías que piden una pronta corrección.
En 1931 la ordenanza de la asamblea de Bolívar creó el municipio de Tierra Alta con cabecera en el pueblo del mismo nombre
.


HÌSTORIA DE MONTERÌA .

La ciudad fue fundada oficialmente el 1º de mayo de 1777 por Antonio de la Torre y Miranda, quien la trasladó a su actual ubicación en la ribera derecha del río Sinú y la bautizó como San Jerónimo de Buenavista. Posteriormente fue renombrada como San Jerónimo de Montería. El nombre Montería se da en honor a un primer poblado levantado en el lugar de las monterías, llamado así por ser el sitio de reunión de los monteros que cazaban en sus alrededores.Montería se elevó a la categoría de villa en 1807, a cabecera de distrito en 1840 y a municipio en 1923. Actualmente es la capital del departamento de Córdoba.Según algunos historiares un grupo de indios le propusieron, en 1759, a las autoridades coloniales fundar un pueblo, el cual nunca fue autorizado ni establecido.Señalan que 13 años más tarde este mismo grupo de indígenas volvió a proponer al gobernador de Cartagena la fundación de otra población diferente, para ser localizada en el sitio de las monterías.Finalmente y para cumplir las solicitudes de los indígenas, don Juan Torrezar Díaz Pimienta, gobernador de Cartagena, comisionó al oficial Antonio de la Torre y Miranda para que se trasladara al lugar donde debería fundar el pueblo.Indican que Antonio de la Torre y Miranda con su grupo llegó al sitio donde estaba edificado el rancherío de las monterías que llaman Buenavista' al finalizar el mes de abril de 1977. Se percató de que los pobladores habían construido sus viviendas sobre pequeños montículos que sobresalían en un terreno anegadizo, al parecer la fundo con 170 familias que sumaban 854 personas. En el siglo XVIII, sobretodo en la segunda mitad, en el reinado de Carlos III, en el marco de las reformas modernizadoras se impulsó el control de las provincias del imperio, lo cual se llevó a cabo en el Caribe Colombiano. Así se impulsó la reagrupación y la erección de poblaciones en el Caribe, especialmente en el territorio Sinú. Esta misión le cupo al oficial español Antonio de la Torre y Miranda enviado por la Gobernación de Cartagena cuyo titular era Don Juan de Torrezar Díaz Pimienta, a la cual pertenecía el actual territorio Cordobés. El oficial de la Torre congregó varia poblaciones reuniendo habitantes rurales en asentamientos urbanos. De esta manera surgió Montería.


SIMBOLOS PATRIOS DE MONTERIA .

LA BANDERA



Está dividida en cuatro partes por rayas que se cruzan en el centro.
El rectángulo superior derecho de color rojo escarlata es símbolo de vida y pujanza, heroísmo, fuego, actividad. El rectángulo inferior izquierdo, de color azul pastel, es símbolo del cielo y del espacio ilímite. Los dos rectángulos blancos son símbolos de paz.
La estrella de cinco puntas es símbolo del destino promisorio. Su color dorado es una alusión a la cultura aurífera del fabuloso Zenú.
Diseñada por Mario Arbeláez Ceballos.
Adoptada por decreto No.076 de Junio 9 de 1960 de la Alcaldía Municipal de Montería.
Fuente: Córdoba: Escudos, Banderas, Himnos, Logosímbolos. Albio Martínez Simanca. Fincor. Montería. 1986

EL ESCUDO. En la parte superior del estandarte aparece un jaguar, símbolo mágico religioso de los Zenúes.
El escudo tiene dos cuarteles. El superior de fondo azul, contiene una lira. El cuartel inferior de color verde selva, contiene dos manos de mujer ofraciendo los frutos de la tierra, y una cinta azul que representa el río Sinú surcando el valle.
En la orla blanca con letras de oro se lee: MONTERIA CARPEANT TUA POMA NEPOTES (Montería que tus hijos recojan tus frutos)
Diseñado por Mario Arbeláez Ceballos.
Adoptado por decreto No.076 de Junio 9 de 1960 de la Alcaldía Municipal de Montería.
Fuente: Córdoba: Escudos, Banderas, Himnos, Logosímbolos. Albio Martínez Simanca. Fincor. Montería. 1986.

EL HIMNO.
Coro
Montería es la villa soñada
en las ondas del raudo Sinú
como la urbe que avanza, aclamada,
sobre un valle de espléndido azul.
I
Gran ciudad que blasonan los cuernos
con sus arcos de acción y de luz,
manantial de valores eternos,
heredera inmortal del Sinú.
II
Noble sangre le ofrenda el torero
en las lidias de su arte sin par:
tradiciones del veinte de Enero,
como ritos de honor secular.
III
Cual trasmallo en plena subienda
es la pesca de su alto sedal
y cual mieles de su antigua molienda
nos ofrece su aliento vital.
IV
Sus varones de recia pujanza
la tallaron cual un pedestal
para el héroe de joven semblanza
que hoy le imprime sus gesto marcial.
V
El progreso se rinde a sus plantas
de atrayente y gentil capital
y en las voces de cada garganta
Montería es un himno triunfal !.

2 comentarios:

  1. He visto esta misma información escrita por el profesor Carlos Crismatt en su página de monteriaweb.com y no veo su nombre en ninguna parte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Deje esa idolatría .. que la historia es la misma, y si es la misma entonces todos la repetimos y venga de quien venga es importante saberla.. deje ese odio señor Anfan Rigil

      Eliminar